martes, 30 de agosto de 2011

La locación de mi Martes por la tarde y el abandono de mi fiel compañía hicieron de las suyas otra vez, me pasé una cuadra y recién me percaté cuando le puse stop al brainstorming. Cuando esa constante necesidad de llenar mi cuerpo con música se ve frustrada, da lugar a que mi cerebro carbure más de la cuenta, haciendo caso omiso de cuales sean las consecuencias.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Volviendo del taller, di la vuelta en libertador, y caminé hasta donde tomo el colectivo.
Nuñez se vistió de poesía y otros tantos clishés, acompañados por el aleatorio ser de mi siempre fiel compañía, que justo hoy, desistió ante desperfectos ajenos a todo. Mientras una sumatoria de accidentes me invadía, reflexioné: Estoy volviendo del taller, por lo que estoy excusada de merodear sus lares. Ni bien terminé de estructurar esas palabras en ese orden, y con ese sentido, me di cuenta de un detalle. Sigo siendo una pelotuda. Aún cuando empíricamente, encontrarlo no genera más que sorpresa, de la misma forma, también es cierto, que específicas condiciones contextuales dan pie a especulaciones dignas de un alter ego difícil de eliminar.

jueves, 21 de julio de 2011

Yo también creo que el olvido es una fantasía

lunes, 18 de julio de 2011

Desde que te perdí hago lo que me da la gana
Desde que te perdí ya no tengo ganas de nada...
Desde que te perdí tomamos unas cañas por ahí,
me dices que no es lo mismo ya sin mí,
que ahora también eres mucho más feliz...
Desde que te perdí, desde que me perdiste
Desde que me perdí, desde que te perdiste...

:)

martes, 12 de julio de 2011

Strawberry swing.

En el soundtrack de mi vida, hay ciertas canciones que marcan acontecimientos muy puntuales. Estas canciones, suelen activar los recuerdos correspondientes, no solo por si mismas, si no más bien por ser escuchadas en su debida época del año, y alrededor de sus debidas condiciones meteorológicas.
Hoy fue uno de esos días donde se dieron todos las condiciones necesarias para disparar la nostalgia.
Y debo admitir, que no puedo parar de escuchar dicha 'memoria', casi en un loop eterno. Exáctamente como se hace presente en mi cabeza.
Necesito expulsarla, pero no es tan terrible para que eso pase, así que tendré que esperar con un molesto nudo en la garganta, cual piedrita en el zapato, a que otros factores me detonen los nervios.
Por que así de pelotuda estoy programada.

(La música tiene más poder que Macri, Filmus, Cristina, Tomada, Cabandié, Solanas, Carrió, Alfonsín, Lopez Murphy e incluso tiene mucho más poder que Castrilli, y eso que las elecciones me tienen las tetas casi tan al suelo como las de Moria.)

martes, 5 de julio de 2011

No tengo idea de como va a quedar esto:
Bien, en primer lugar, se que el problema viene por otro lado, y soy totalmente consiente de que mis ganas de vivir quedaron guardadas en algún cajón tan ajeno, que jamás voy a poder volver a acceder. Esas emociones son las que perdí en el camino.
Si ser, es ser percibido, entonces la analogía vendría más o menos de esta forma: no las perdí, las olvidé, por consiguiente no las voy a encontrar, las voy a recordar. Y la verdad, pensándolo así, me cierra mucho más que desde una postura más bien materialista (hola sí, promocioné filosofía).
Vuelvo sobre lo mismo, me hace falta magia. Y a vos también, si hace un par de entradas mostraste la hilacha, hoy terminé de destejer todo el pulover.
Como si eso no fuera poco, te hace falta... no sé cuál será la palabra exacta, sería algo así como ''madurar'', pero no quiero quedarme con eso ya que además de ser una palabra muy amplia, es muy clishé. Tendrías que entender, que si las cosas ni siquiera llegan por causa-efecto del esfuerzo, menos van a llegar por ósmosis. Las lágrimas no conmueven la razón, pero sí el corazón, que en mi caso, suele tener un peso casi inexistente en relación con este tipo de situaciones.

Se borra su sonrisa y me pregunta por
Es el invierno nena llegó la depresión
Qué cosa más idiota nuestra conversación
Qué cosa más horrible que es nuestra habitación.

sábado, 18 de junio de 2011

Paradoja de lo normalmente considerado normal

Cuando decir 'ya no siento lo mismo que antes' se vuelve sinónimo del progreso en una relación (en el caso de que fuera posible utilizar una palabra tan dura como 'progreso' para definir, mejor dicho, explicar, algún fenómeno dentro de esta relación).
De cualquier forma, y como condición sine qua non de cualquier vínculo que pueda llegar a entablar, se sale de los estándares 'normales', (vuelvo con esta palabra no por falta de sinónimos, si no para darle énfasis al asunto de lo que socialmente se entiende como normal, habitual, usal, estándar) y es un poco lo que nos mantiene vivos.