sábado, 15 de diciembre de 2012


Me siento extraña.
Hace alrededor de 2 años, saqué de mi vida de forma sutilmente abrupta a una persona que me hacía bastante mal. Le dejé de hablar y sin decirle una sola palabra más, mis extensos silencios le hicieron bastante eco, aunque, por su personalidad de mierda, jamás entendió el por que. Nunca dejó de ser lo egoísta y enferma que siempre fue.
Creo que al día de hoy yo no debo ser más que un viejo recuerdo de una amistad malísima, en la que, según ella, dio el 200% mientras que yo no la supe valorar (como dice le sucede con el 100% de la gente que conoce). De más está decir que por mi parte fue exactamente al revés,  y que no cuestiono mi decisión de excluirla así de mi vida, así, tan sin huevos. ¿Tan sin huevos? Sí, me ahorré cualquier tipo de pelea o exabrupto y me limité a leer las puteadas que me tipeaba, enojadísima (y con razón). Contestarle hubiese sido peor, aunque reconozco que fue una actitud super cobarde...y si hoy tuviese que pedirle perdón por algo, sería por eso, por no tener las pelotas para enfrentarla.
En estos dos años muchas cosas cambiaron, nosotras jamás nos volvimos a contactar.
Una parte de mi cada tanto la recuerda, eramos muy unidas, pero luego me acuerdo de que hubieron buenas razones para tomar semejante decisión. La conozco bien y se que el orgullo no la dejaría volver a dirigirme la palabra después de borrarme así y para siempre, lo cual no discuto ni cuestiono, por que es lo más lógico ante una situación así...pero esto no es a lo que quiero llegar.
Me siento extraña por que cada tanto me entero que es de su vida y la veo cada día más feliz. Lo extraño es que a pesar de todo, la distancia, la pelea, mi actitud cobarde y su actitud de mierda...me llena de felicidad verla así de bien. Es inexplicable. Realmente, luego de mucho tiempo de escucharla escéptica, cínica y verla realmente destrozada (por adentro, por fuera ella siempre fue y será de piedra), me alegra el corazón enterarme que después de tantos años de oscuridad y dolor, es tan pero tan feliz...
Debe ser por que se lo merece.
Aunque nuestros caminos jamás vuelvan a cruzarse, quería dejar plasmado esto. El sentimiento de felicidad por la felicidad ajena, muy ajena, a pesar de todo.

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