La locación de mi Martes por la tarde y el abandono de mi fiel compañía hicieron de las suyas otra vez, me pasé una cuadra y recién me percaté cuando le puse stop al brainstorming. Cuando esa constante necesidad de llenar mi cuerpo con música se ve frustrada, da lugar a que mi cerebro carbure más de la cuenta, haciendo caso omiso de cuales sean las consecuencias.
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